REGULANDO LAS EMOCIONES DE NUESTROS NIÑOS
Muchas veces vemos a nuestros niños o adolescentes comportarse de determinada manera que quizás nos molesta, nos genera irritabilidad, intolerancia, queremos que cambien, que dejen de hacer eso con lo que no estamos de acuerdo, que rechazamos y posiblemente reprochamos. En resumen, no lo aprobamos y a veces necesitamos incluso de forma urgente que cambie. Creo que el motivo de sentirnos así es porque realmente no sabemos qué hacer con eso.
Los hijos vienen a enseñarnos algo, nada es casual, probablemente cuando alguna actitud de ellos nos inquieta internamente, algo nos está mostrando de nosotros mismos, quizás tenga relación con alguna herida de nuestra infancia que todos tenemos o con alguna vivencia. Pero sin duda tiene que ver con nosotros y no con ellos.
Si nos detenemos unos minutos a observarnos y nos sinceramos con nosotros mismos, en total confianza, sin compartirlo con nadie más que con nuestro interior, estoy segura que podríamos empezar a conocernos más profundamente, sin juzgarnos, con comprensión y amor, entonces, podremos también reconocer que lo que tanto nos inquietaba y nos molestaba de ese niño, no tenía que ver con él sino con nosotros mismos y que teniendo esa comprensión, si logramos cambiar la mirada sobre la situación, estoy segura de que vamos a conseguir verdaderos cambios, pero no sobre las personas, sino sobre cómo nos afecta.
Si nos ponemos ambiciosos, con paciencia y trabajo constante vamos a llegar a lo que estoy segura de que es el secreto fundamental para el éxito en la educación… ACEPTAR total y genuinamente a nuestros hijos como son.